MEMORIA
Estamos en el paralelo del emplazamiento del castillo Piria, lugar elegido por Francisco Piria para sus viñedos. En este lugar, los restos de los pórticos de la bodega son testigos de la Cognaquina Piriápolis. Al pie del Pan de Azúcar el paisaje es majestuoso, los bosques, el espejo de agua de Solís y la Bahía de los Ingleses, al pie del cerro San Antonio, se pueden ver desde esta ladera.
El proyecto de la chacra busca venerar el cerro coronado por la Cruz del Arq. Armas, las piedras milenarias y los bosques. Frente a este paisaje la arquitectura busca apenas colonizar un lugar para apropiar con la mirada, despertando los sentidos hacia una naturaleza impactante. La búsqueda de un punto en un universo de múltiples opciones responde a este escenario, donde un gigante, el cerro Pan de Azúcar, sigue dominando un paisaje místico y milenario.
Esta vivienda, construida en una planta, fue proyectada para generar una integración con la naturaleza. Su construcción, compacta, juega con los distintos volúmenes que proponen los distintos materiales como la piedra y la madera. Un gran deck acompaña la casa. Una pérgola de buen porte crece y ejerce postura de orientación en la vivienda.
Los interiores son cómodos y espaciosos. Los ambientes de uso social, como los de descanso, se incorporan a la naturaleza a través de grandes ventanales que, a su tiempo, se integran al gran deck de madera exterior que recorre la vivienda.
FICHA TÉCNICA
Equipo de proyecto:
Responsable de Proyecto:
Arq. Juan Javier Pirez
Equipo de diseño:
Bach. Federico Favrín,
Bach. Richard Weiter,
Bach. Nicolás Franco.